Recibir una nueva visión sobre las relaciones es una manera de transformar la forma en que convivimos con otras personas.
Por Tania Valencia
A través de las relaciones crecemos, al interactuar con otros es que adquirimos mucha experiencia y aprendizaje en la vida.
Todos quieren ser felices, es el objetivo primordial, cualquier persona siempre actuará buscando su felicidad.
Hay una búsqueda incansable para atraer armonía, comprensión o felicidad pero sobre todo sentir amor. La gente sufre porque se aferra a ideas erróneas de cómo debe manifestarse el amor. Incluso en las relaciones de pareja se repiten programas adquiridos a través del tiempo, si se tornaron positivas o negativas es lo que se reflejará al estar con esa otra persona.
Al recordar el primer amor nos vamos a un estado de enamoramiento, es remembrar la sensación de convivir con la pareja ideal, cuando se quería crear, cantar, danzar, escribir, etcétera, el mundo y las situaciones se manifestaban perfectos, sin embargo poco a poco se va diluyendo el éxtasis, cayendo en la cotidianidad al formar parte de la vida del otro.
Con le paso del tiempo incluso al lado de una pareja se puede sentir soledad. Sin embargo, al saberte creadora de tu propia felicidad tienes la oportunidad de hacer contacto con tu pareja ideal, volviendo a despertar el alboroto emocional positivo en tu ser.
Es de gran relevancia que identifiques las características ideales de ese ser con quien quieres compartir tu vida de una manera armónica. En caso de que ya tengas pareja no se requieren esfuerzos extraordinarios para restablecer el contacto con ese ser ideal, solo a través de tres sencillas estrategias:
1) Autoconocimiento
Encuentra la fuente de amor dentro de ti. Qué te inspira, cómo te sientes cuando haces algo que disfrutas, esa actividad con la cual puede pasar el tiempo y ni cuenta te das. Lo que hace que te conviertas en una flor abierta para compartir.
2) Compartir
Da a otros el amor que quieres recibir, comparte con las personas a tu alrededor. Las relaciones son como las plantas, qué tanto cuidas de ellas.
3) Haz contacto con ese ser ideal
Primeramente tienes que conocer cuáles son las características especiales que buscas en ese ser ideal. Una vez que las identificaste, no te dispongas a buscar, permítete ser encontrada, mientras buscas no sabes que quieres concretamente, cuando encuentras sabes que tiene una forma específica. Y encontrar es también reconocer en ti a la mujer idónea para ese hombre.
PRÁCTICA ESPECIAL
Cierra tus ojos y respira profundamente, lleva tu intención a tu ser interno, siente como late tu corazón. Recuerda aquella experiencia en donde la alegría se apoderaba completamente de ti, abre los ojos de esa niña inocente y observa como ese corazón empieza a abrirse como una hermosa flor.
Percibe ese aroma especial, te vuelves luz que empieza a brillar y llenarte de la presencia amorosa de tu ser. Fluyes en amor puro, siente como tu energía se vuelve muy sutil, te sientes completa, llena, ninguna necesidad te aqueja. Tus emociones se tornan ligeras, cualquier pesar se desvanece como una nube que se lleva el viento.
Eres fuente de ese amor, coloca tus manos en tu pecho, siente como entre ellas hay un pajarito de colores muy brillantes, en sus alas guarda compasión infinita, libertad y amor incondicional, es un ave muy bella, lista para emprender el vuelo, con tu aliento dale vida, ofrécele palabras especiales, lo que te encantaría que te dijeran a ti, ahora permite que abra sus alas y vuele, llevando tu intención amorosa, que tu mensaje perfecto haga eco en el universo.
Repite tres veces «yo soy amor», respira profundamente y repite «yo me amo y el mundo que me rodea me ama». Respira nuevamente y siente como tu ser está completamente en armonía. Suavemente regresa aquí y ahora abriendo tus hermosos ojos. Sé feliz.
Haz esto todos los días, especialmente por la mañana y comparte con el mundo tu presencia amorosa.